El término Big Data, tan de moda, se describe como un gran volumen y flujo de diferentes formas de datos procedentes de múltiples fuentes (externas e internas a una organización), en constante procesamiento y que producen nuevos conocimientos. El Big Data en Chile, puede facilitar el acceso y proyección de comportamiento con gran precisión de grupos de stakeholders específicos que afectan los objetivos estratégicos de una compañía o institución.
Un reciente estudio del Latin American Communication Monitor 2018/2019 — desarrollado por la European Public Relations Education and Research Association, la Asociación de Directivos de Comunicación de España y el Magíster de Comunicación Estratégica de la UAI (a cargo del capítulo chileno) — midió los conocimientos y competencias de los profesionales de la comunicación y empresas en el uso de big data.
En Chile la muestra abarcó a 90 profesionales de la comunicación de empresas IPSA, agencias y consultoras de comunicación estratégica y digital más importantes del país.
Los datos revelaron que más del 50% de los profesionales encuestados no han implementado actividades de big data. ¿Cuáles son las razones de este uso tan limitado? Por un lado, casi la mitad de los profesionales asegura que les faltan habilidades analíticas para manejar Big Data (45,1%) y tiempo para estudiarlo o analizarlo (35,9%).
El no destinar tiempo y recursos para su estudio, finalmente se expresa en que más del 50% de la muestra revela una comprensión muy incompleta del volumen, variedad, velocidad y veracidad del Big Data.
Dentro de este pobre panorama, son las empresas que cotizan en la bolsa y las organizaciones públicas quienes lideran la implantación de una recopilación y análisis de datos, mientras que las agencias y consultoras están lejos de este nivel. ¿Y para qué se utilizan los datos obtenidos? El 71,2% lo emplea para planificar estrategias generales; algo menos para guiar las acciones del día a día (58,8%) o para justificar sus acciones (53,7%).
Los resultados dejan en evidencia la necesidad imperiosa, por parte de instituciones locales de todo tipo, de entender e incorporar el análisis de datos a la hora de diagnosticar su posicionamiento, y establecer estrategias y acciones que ayuden a avanzar en sus objetivos organizacionales.
La aplicación de las tecnologías Big Data en empresas aporta esencialmente una capa de inteligencia al negocio. En muchos casos se adoptan para una gestión eficiente de los recursos (materiales o humanos), gracias a un análisis detallado de grandes volúmenes de datos de la empresa: facturación, clientes, productos, fechas, etc.
Parece muy lógico que las empresas en Chile utilicen sus datos para tener una perspectiva más realista sobre lo que está ocurriendo con su negocio y no tomar decisiones basadas solo en intuiciones. Así, podrán ofrecer al mercado productos y servicios alineados con las necesidades y deseos de los clientes y mejorar o, por lo menos, mantener su cuota de mercado.
Contar con la posibilidad de recoger y analizar más datos de los que nunca habían pensado ha colocado a las empresas en una posición sin precedentes para cuantificar lo que funciona y lo que no, y saber por qué.